Las organizaciones sociales son la columna vertebral de la democracia, la sociedad civil se expresa hacia el poder central a través de la voz de sus dirigentes, con el fin de que la ciudadanía está debidamente informada y dignificada. Aunque en estos últimos años la desconfianza popular se instaló en las narices de quienes ostentan el poder político representativo, en los barrios y sindicatos todavía quedan hombres y mujeres con convicciones de servicio público.

Citoyens 102.5 FM, conversó con el director Ejecutivo de Grupo Impulso, Alejandro Sandoval, y su director Académico, Claudio Díaz, sobre la experiencia y el programa de formación de ‘Líderes Sociales y Sindicales’, que lleva a cabo desde hace años esta entidad especializada en educación social de dirigentes comunitarios y laborales.

En Chile existe una diversidad de organizaciones funcionales y territoriales que requieren de líderes que orienten y apoyen a los ciudadanos en sus demandas por mejoras sociales, pero especialmente, de transformaciones significativas en su entorno. Potenciar básicamente a las organizaciones sociales, sindicales, junta de vecinos, federaciones para focalizar la formación en las personas, dijo Sandoval.

Grupo Impulso ha desarrollado un trabajo multidisciplinario para empoderar a las organizaciones de la sociedad civil. Lo que busca este equipo de profesionales es impulsar un tipo de liderazgo que apunte hacia la dignidad del servicio comunitario, y de este modo se transformen en líderes proactivos, especialmente en su formación ética. La formación valórica es su eje principal, es su corazón, tal cual lo define Claudio Díaz. “El sindicalismo está asistiendo a un momento crítico”, pero es una tremenda oportunidad para impulsarlos, agregó.

Entre las áreas de trabajo que ofrece Grupo Impulso a los nuevos líderes, está el apoyo a los procesos de negociación colectiva de las sindicatos mineros, mejorar las relaciones laborales y sociales al interior de empresas y comunidades, apuntar al logro de un desarrollo sustentable en los territorios, pero fundamentalmente, fortalecer la entrega de nuevas herramientas comunicacionales y de gestión a las directivas sindicales.

Para Claudio Díaz, el principal foco de la entidad capacitadora está en acortar las brechas de las organizaciones de menores recursos, renovando el impulso y liderazgo institucional, “también hay que ver el tipo de organizaciones que se construye y cómo crear un tema colectivo que permita conseguir objetivos. Por ejemplo, el sindicalismo está asistiendo a un momento crítico, nosotros queremos darle un nuevo impulso para sustentar la forma del mundo sindical”.

Además, ambos invitados concuerdan en que las organizaciones sindicales mantienen una constante histórica en el tiempo, y que se relaciona – en la mayoría de los casos – con la lucha por reivindicar solo el carácter económico de los petitorios, extraviando otras necesidades tales como los derechos y condiciones dignas de los trabajadores en su espacio laboral. “A las organizaciones hay que revitalizarlas, aunarlas en un proyecto colectivo y no solo buscar benéficos económicos” – dijo Sandoval.

En diciembre recién pasado, Grupo Impulso clausuró un diplomado de ocho meses para formar dirigentes sociales de los municipios de Salamanca e Illapel, en alianza con la ‘Corporación de Formación de Líderes Sociales’, Minera los Pelambres y la Universidad de Santiago. Lo importante, según el Director Ejecutivo de Impulso, es que esta alianza fue un trabajo desarrollado en armonía entre la empresa privada, el mundo público y la sociedad civil.

“La gente se da cuenta que en este siglo XXI no se puede trabajar si no hay redes. Nosotros estamos ahora trabajando en un diplomado con universidades para ahondar en el pensamiento crítico y para que el dirigente social sea un aporte”, significativo en sus respectivas empresas y comunidades, declaró Sandoval.

El objetivo con este tipo de educación social es que, los dirigentes generen un cambio vital en la sociedad, que sean fuentes permanentes de consulta para los gobiernos locales y los parlamentarios, para que su participación activa en democracia sea un rol importante y que sus opiniones tengan injerencia en las próximas reformas laborales.

Lo importante es crear una nueva sociedad donde los trabajadores sean parte de los modelos productivos, “y con ello, hacer partícipes a los empresarios en la capacitación de sus trabajadores y que un colaborador capacitado no es una amenaza, sino un aporte, un instrumento a la mejora de relaciones laborales para ambas partes”, señaló Sandoval.

Gentileza:  www.citoyens.cl