Luchar por conseguir una vivienda social digna en Santiago Centro no es una tarea fácil, tampoco lo es concientizar a un territorio humano sobre la importancia de contar con una mejor calidad de vida, a través de un EcoBarrio en Maipú. En estas tareas, dos dirigentes sociales se destacan por su tesón y ganas de dar la pelea contra viento y marea.

‘Liderazgos’, microespacio de Grupo Impulso, que transmite Citoyens 102.5 FM, de Radio UdeChile, conversó con Valeria Bustos, Presidenta del Comité de Vivienda ‘Por un Santiago Multicolor’, y Ricardo Acuña, desde la Villa 4 Álamos de Maipú, directivo del proyecto ‘EcoBarrios’. Ambos, poseen una pasión a flor de piel y creen que la ética y la consecuencia comunitaria es capaz de mover ‘eclipses’.

Casi 200 vecinos y vecinas están tras la consecución de un terreno para que el Estado chileno les pueda construir viviendas sociales. Pero, particularmente en la comuna de Santiago no es un objetivo fácil de alcanzar, puesto que existen prejuicios culturales e intereses económicos que dan cuenta de lo contrario. Así lo explicó Valeria, “se busca la gentrificación, es que venga gente de más recursos a vivir acá y que los pobres seamos expulsados a la periferia”.

El secreto de estos logros colectivos se debe principalmente a la “unidad en la acción, es la lucha, es la movilización acompañada de la negociación (…) y no discriminar a nadie”, dijo la dirigenta social. El concepto ‘multicolor’ se refiere a que al interior de la organización participan mayoritariamente inmigrantes, personas con diversidad sexual, adultos mayores y vecinos con discapacidad, explicó.

La solicitud de una vivienda social debe estar acompañada, según la propuesta del Comité, para que este espacio urbano considere en su diseño juegos infantiles, una sala comunitaria, que cuente con termopaneles, huertos urbanos y que los inmuebles alcancen una superficie mínima de 62 metros cuadrados, aclaró Valeria.

Respecto de ‘EcoBarrios’, éste nació el 2004 producto de una tesis universitaria, y una lucha comunitaria producto de la eliminación del parque histórico de la Villa 4 Álamos. A quince años del proyecto, este líder maipucino piensa que “no ha sido fácil (…) la gente a veces no cree, no quiere participar, pero uno tiene que ser transparente, tiene que estar siempre preocupado, dedicarse al trabajo social”, dijo.

Los líderes y lideresas son agentes de cambio social y cultural. Bajo esta premisa, estos dos dirigentes ‘hacen camino al andar’. En el caso de este barrio de Santiago Centro, Valeria considera que está estigmatizado por los medios de comunicación ‘grandes’, a partir de la instalación de trabajadoras sexuales y transgénero, y en un territorio que posee la mayor cantidad de inmigrantes, según indicadores de Casen.

Esta Villa de Maipú tiene una población mayoritaria que ha envejecido, y el temor de sus dirigentes es que no haya en el futuro inmediato una generación de recambio. Al respecto, Acuña se muestra algo optimista porque según él están llegando bastantes jóvenes a vivir al sector, aunque interpela al Gobierno porque no existe en la malla curricular una asignatura en materia de educación ambiental y cambio climático en las escuelas.

Un preuniversitario ‘popular’ – que ya tiene 5 años – se ha instalado con fuerza y el apoyo de muchos jóvenes universitarios en este sector de Santiago, que de forma voluntaria dictan talleres y clases para los niños y niñas del sector. “Nosotros creemos que desde el territorio pueden pasar cosas tremendamente hermosas”, señaló la dirigenta.

‘EcoBarrios’ no ha recibido apoyo municipal de ningún tipo, a pesar de ser un proyecto de reconocimiento mundial, la alcaldesa Kathy Barriga estuvo solamente en una ceremonia con la embajadora de Noruega. “Nosotros estamos (trabajando) con el municipio o sin el municipio”, aclaró Acuña, ya que recibimos apoyos de particulares, universidades y ONGs ambientales. Lo mismo ocurre – lamentablemente – con el municipio de Santiago hacia el Comité de Vivienda, explicó Valeria.

‘Aprender haciendo’ es la consigna de ambos líderes comunitarios para responder a su tarea formativa. “Uno se va haciendo dirigente social donde va viendo los problemas de la comuna y conversando con sus pares”, aunque reconoce que el alcalde anterior, Christian Vittori, les pagó dos diplomados universitarios para dirigentes sociales, agregó Acuña.

Lo que distancia a ciudadanos y ciudadanas de este barrio de Santiago respecto del apoyo municipal – no es su diferencia ideológica – sino que “las 10 cuadras de la Alameda”“Somos el patio trasero de la comuna, los barrios pobres de Santiago no son considerados”, acotó Valeria Bustos.

Volver a escuchar la entrevista: viernes 21 de junio.